sábado, 23 de febrero de 2008

Vinos de maceración carbónica: Frescos como quinceañeras.


Los primeros vinos que se asoman al mercado vienen cargados de expectativas. Los clientes los esperan con las copas preparadas y todo el mundo quiere ser el primero en probar alguno.
Los vinos de Maceraciones Carbónicas son una institución y dan el tiro de largada para todos los demás, que aparecerán algo rezagados en comparación con los niños precoces.
Probar un vino de maceración carbónica produce un placer inmenso, son vinos frescos, alegres y muchas veces tiene algo de aguja que divierte en la boca. Son vinos de un color excepcional violeta o granate, florales es poco decir y afrutadísimos.
En Mendoza no es un concepto que se utilice mucho y, que a mi entender, “vende”. Es impresionante como aquí los consumidores esperan ansiosos la salida al mercado de los primeros exponentes, debido a, que en muchos casos, son estos los darán una idea aproximada sobre cómo ha sido la vendimia.

Los vinos elaborados con este proceso dicen que son los más antiguos de la humanidad, incluso se cree que los romanos elaboraban sus caldos así.

En España es una buena costumbre y en Canarias también. Este año he catado el de Monje que se llama Hollera, el de Tajinaste, el de Viña Norte y alguno más que se me debe quedar por ahí. Y la verdad es que son vinos tremendamente amables, poco ácidos. Este tipo de vinos son una inmensa puerta de entrada para nuevos consumidores ya que son muy fáciles de beber. Y sobre todo, es muy fácil enamorarse de este tipo de vinos.

Para los más técnicos les acerco a mi amigo Agustín García Farrais para que se los explique:
“la maceración carbónica consiste básicamente en la vinificación de los racimos de uva tinta enteros dentro de un depósito cerrado, creando en su interior una atmósfera rica en gas carbónico. El proceso general de vinificación por maceración carbónica, comprende las siguientes fases; A) Partiremos de una uva sana, vendimiada con cuidado y transportada a la bodega en pequeñas cajas que eviten el aplastamiento de los granos. B) Introduciremos los racimos enteros dentro de los depósitos. Sería aconsejable el uso de cubas de poca capacidad para evitar la rotura de las uvas (de 10 a 30 hl). C) Los granos que se encuentran en la parte inferior del depósito, debido al peso de los racimos, liberarán su mosto y comenzará la fermentación tradicional, la transformación de los azúcares en alcohol, liberando buena parte de gas carbónico que permitirá desplazar el oxígeno de la cuba y creando a su vez una atmósfera rica en gas carbónico. D) El depósito se cierra herméticamente y las válvulas de seguridad dejan salir el exceso de gas. E) Al no existir oxígeno, en el interior de cada grano de uva se produce una "fermentación intracelular", en la que se transforma una pequeña cantidad de azúcar en alcohol, modificando la textura de la piel del grano y favoreciendo la difusión de sus constituyentes: sabores, aromas, materia colorante... Debemos aclarar que en esta fermentación intracelular no intervienen las levaduras. La producción máxima de alcohol oscila entre los 0,75 y los 1,5º, dependiendo de la variedad de uva y de la concentración inicial de azúcar en el grano.”

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